ANALISIS
“La maldición de la corona”
La fura dels baus
Y Regina José Galindo
La
Fura dels Baus
“La
maldición de la corona”
La
Fura dels Baus, es una compañía teatral de Barcelona con un enfoque
interdisciplinario, con 40 años de trayectoria. Esta vez nos presenta su nueva
propuesta de teatro digital[1], “La maldición de la corona”
interpretando una nueva versión el clásico de W. Shakespeare, Macbeth, pero esta vez de un lenguaje que
emerge de nuestra época: La videoconferencia.
Reversionando
esta historia de poder y traición hacia lo que acontece en la actualidad nos transportan a un futuro distópico que
pareciera ser el que realmente estuviera empezando a ocurrir en el mundo a raíz
de la pandemia y el colapso económico mundial, en una obra dividida en 5 actos,
cada uno desde diferentes propuestas streaming y audiovisuales. Luego de presentar una serie de instrucciones,
presentando a los actores y preparando
al público virtual para lo que va a ver, se apagan las cámaras hasta quedar en
negro, simulando el blackout utilizado en el teatro tradicional.
Se
prende una sola pantalla que nos golpea con una serie de imágenes de la
contingencia pandémica, mientras nos proponen conceptos como control mundial,
colapso económico, reducción poblacional, control absoluto en un conjunto de
imágenes virtualizadas al más puro estilo del ciber punk.
Para
analizar esta obra iremos indagando en los diferentes recursos que se utilizan
y en paralelo haciendo nexos con el capitulo 4 del libro “estética de lo
performativo” de E. Fischer Lichte.
Es
así como comienza el viaje que la compañía nos propone, utilizando la infinidad
de recursos que nos dan la tecnología, las plataformas virtuales y los efectos caseros.
Vemos como una pantalla comienza a dividirse en dos pantallas diferentes, luego
en 3, en 4, el 8, 16, 32,64, etc. Mientras una envolvente vibración sonora nos acompañan a penetrarnos en este lenguaje
que se está proponiendo.
Podemos
a los largo de la obra encontrar varios tipos de juegos con las pantallas una imagen
recortada en varias pantallas, diferentes cuadros en diferentes pantallas,
escenas en vivo, escenas grabadas, animación e incluso acciones que podríamos
analizar como acciones performativas.
Para ejemplificar propongo una acción dentro del acto I en la que se utilizan filtros de zoom y pintura. Mientras
se realiza un juego de voces
interpuestas, una actriz comienza a echarse pintura de tal color en la cara con
lo que permite que el filtro comience a reflejarse en ella, filtro que es la imagen del rostro de otro actor,
que termina por permearse absolutamente en su cara, borrando completamente esta.
Esta acción se repite con el actor y pintura roja en su rostro, donde a través
del mismo procedimiento aparece la boca de la actriz anterior. Aquí se usa la
tecnología para reflejar un rostro sobre otro, estar dentro del otro. Podemos
pensar esta escena como una metáfora de este distanciamiento social, el exceso
de tecnología esta borrando nuestro cuerpo e identidad lo que me remite al concepto del borramiento
del cuerpo que habla D. Le Bretón: “Si
nos comparamos con otras sociedades, más hospitalarias en cuanto al cuerpo, podemos
decir que la sociedad occidental está basada en un borramiento del cuerpo, en
una simbolización particular de sus usos que se traduce por el
distanciamiento.” [2] En esta obra podemos encontrar
diferentes metáforas dentro de las acciones como en el acto II aparecen unas
manos manchadas con pintura roja simbolizando la sangre y el lavado de estas.A pocos minutos con un efecto de animación vemos
esas mismas manos pero que se están derritiendo, quemándose como si el agua
fuera acido, ya que nada podrá limpiar estas manos ya manchadas de sangre y
corrupción. Estas acciones que podrían ser catalogadas como video performances
o acciones perfomativas si las analizamos en si mismas.
Podemos
percibir como el texto no es protagonista en la puesta en escena, si no, el
lenguaje con el que se construye (visual, sonoro, atmosférico).
Vemos
como busca aparecer el cuerpo y la presencia dentro de esta tecnología, en
un intento de aferrarse a la esencia del teatro como acontecimiento donde
actores y público son parte de una experiencia única e irrepetible.
Quiero
analizar 3 puntos que me parecen fundamentales en esta obra.
1. Sonoridad.
2. Presencia
3. Espacio.
Sonoridad.
La sonoridad es una
protagonista indiscutible en esta propuesta pues nos acompaña de principio a
fin en una especie de dramaturgia sonora que juega con nosotros, moldeando y
provocando para ir penetrando en la historia e imágenes que nos presentan “por medio de los sonidos la atmosfera se
adentra en el cuerpo del espectador y lo abre para ella” (E. Fischer
Lichte, 2011)
La mayor parte del tiempo
están trabajando con sonoridades electro-apocalípticas, vibraciones y voces
superpuestas que ponen en tensión al espectador, hay algo de eso en varios
trabajos que están apareciendo por las redes como por ejemplo otro trabajo
digital “relato situado, memorias de
aislamiento” de la compañía Funciones
patrióticas de Argentina, como si fuese este estilo de sonidos electrónicos,
vibraciones, un poco de la sonoridad que acompaña la pandemia. Una especie de
sonidos apocalípticos, los sonidos del fin del mundo. “ el teatro como espacio sonoro lo constituyen más bien, en una
proporción que, no obstante varía según el género y la época”.(E. Fischer
Lichte, 2011.) en este sentido podríamos afirmar que hay una especie de
sonoridad finmundista[3]
que empieza a tomar fuerza como una tendencia dentro de los trabajos artísticos
que marca un estilo que surge bajo el contexto de crisis económica y social que
aqueja al mundo entero y de esta manera nos sitia sonoramente en esta atmosfera
de tensión físico/emocional que estamos
viviendo “rodean al sujeto perceptor, lo
envuelven y penetran en su cuerpo”[4]
creando todo un mundo dentro de este espacio virtual.
Fisher Lichte habla también
de la voz dentro de la sonoridad y acerca de la desmaterialización de esta, que se produce en los formatos
audiovisuales donde la voz se separa del cuerpo. Desmaterialización que pone en
tensión La maldición de la corona al
jugar con escenas y voces grabadas y a la vez con voces que están actuando en
vivo ¿Qué pasa cuando aparece la voz en
vivo? ¿Será que es aquí donde intenta aparecer la corporalidad y la presencia? “la vocalidad además, produce corporalidad”[5]
Básicamente
esta propuesta de teatro digital esta todo el tiempo tensionando con lo grabado
(audiovisual) y lo que está aconteciendo en vivo (streaming) por lo que es
difícil clasificar que es lo que estamos viendo, ¿es realmente teatro digital como llaman ellos o podría ser una versión
de cine en vivo con toque perfomáticos?
Al ser un tipo de propuesta realmente nueva podemos llegar a pensarla de muchas
formas, ¿es posible con el streaming aparezca la presencia?
Presencia.
E.
Fisher Lichte dice en cuanto a esto: “ninguno de estos conceptos se puede
aplicar a productos de medios técnicos y electrónicos, que pueden ser capaces
de generar efectos de presencia, pero no presencia.” Planteo la pregunta si en
el caso de esta obra en particular es posible que estemos observando algún tipo
de presencia nueva, denominada virtual,
que anteriormente hemos desvalidado pero que al tomar tanta fuerza durante este
momento podamos admitir que en la virtualidad ocurre un tipo de presencia que
desconocíamos anteriormente.
“hacen que suja la
apariencia de actualidad sin hacer por ello que los cuerpos, ni objetos,
aparezcan realmente como actuales. Con ayuda de determinados procedimientos
logran transmitir la promesa de actualidad. Cuerpos humanos, fragmentos de
cuerpos humanos, cosas o paisajes parecen actuales de una manera
particularmente penetrante, aun que de lo que se trata en realidad es de un
juego de luces proyectando sobre una pantalla o de una especifica combinación
de pixeles: ni sobre una pantalla o el monitor de televisión o del ordenador
aparecen realmente como actuales seres humanos, cosas, o paisajes. Es precisamente
la lograda apariencia de actualidad la que origina los efectos de presencia.
Los cuerpos reales, los objetos reales y los paisajes reales se han desvanecido
en los juegos de luces y en los pixeles.” (E.
Fischer Lichte, 2011). Ahora considerando este texto, que no deja de ser cierto
en el sentido de que lo que aparece es finalmente un juego de luces proyectado
en una pantalla, podemos preguntarnos si al ser en vivo, en tiempo real que un cuerpo esta accionando a través de
una cámara ¿no aparece este “otro” tipo de presencia? Que sería una presencia
de una reproducción lumínica de la persona en cuestión, o la de nosotros mismos
cuando estamos utilizando el formato de en
vivo. Hay un cuerpo presente que acciona (frente una cámara), hay una voz[6],
está la posibilidad al error, hay humanidad detrás de esa pantalla, y es real. Está
a tiempo real, no grabado, hay una presencia virtual, que por lo demás nos está
acompañando en nuestra era, en donde todos hemos ocupado en algún momento esta
tecnología de la video llamada, y nos conectamos
con personas que están ahí, detrás de una pantalla pero no deja de ser real, el
debate seria si aparece la presencia o no, yo creo que como está marcando una
época deberíamos considerarlo como un tipo de presencia, la presencia virtual,
ya que aparece el cuerpo o fragmentos de él, aparece la voz, la respiración,
incluso pensaría que podría ver la energía de esos cuerpo, aunque realmente es
un debate que pienso que recién está comenzando.
Espacio
En
cuanto al espacio me parece muy interesante que se esté buscando espacios no
convencionales para investigar como es en este caso un espacio virtual y que es
el de las videollamada o video conferencia que previo a la pandemia se habían
utilizado únicamente para la comunicación y los teletrabajo, no pensando en una
pieza artística “el espacio performativo como un espacio en continua mudanza en el que
la espacialidad tiene su origen en el movimiento” (E. Fischer Lichte, 2011)
es interesante pensar que en estos tiempos ya no solo se busca moverse a
espacialidades no convencionales “físicas”,
sino que también, pensar que existen espacios no físicos, espacios virtuales
que son posibles de apropiar, entendiendo que nace desde la necesidad de
continuar con el trabajo artístico pero que finalmente aparecen creaciones como
esta que exploran lugares poco explorados en la pre-pandemia. “También la espacialidad es fugaz y
transitoria. No existe ni antes ni más allá de la realización escénica ni después de ella sino que - ocurre con la corporalidad o la sonoridad-
solo tiene lugar en y por la realización escénica” Tomando ahora esta frase
de Fischer Lichte, insisto en el cuestionamiento de la presencialidad. Es
posible que estemos ante nuevas formas que aun no comprendemos del todo. El
espacio que constituyó esta obra fue un espacio transitorio, un espacio no
convencional, que solo se origina a través de la propuesta de la compañía, de
la “presencia virtual” de los actores y actrices y que se acaba cuando se baja
el telón, se acaba en este caso con un apagón y donde posteriormente se origina
una especie de conversatorio virtual donde los actores y técnicos comparten
sobre la experiencia y a la vez queda el registro de lo que fue en una
grabación, donde lo anteriormente planteado de la presencialidad se termina y pasa a ser como dice Fischer Lichte una
apariencia de actualidad.
Regina
José Galindo
¿Quién
puede borrar las huellas?
Regina
José Galindo es una artista de performance Guatemalteca, con muchas obras es un
su trayectoria. Reconocida de manera internacional por su trabajo de performances
de denuncia, tocando temas sociales, de género, discriminación, etc.…
En
este trabajo vamos a analizar su performance “Quien puede borrar las huellas” realizada
en Guatemala en el año 2003 y por la que fue premiada con el León de Oro al
Mejor Artista Joven en la 51ª Bienal de Venecia (2005)[7].
La
performance consiste en un tránsito desde la Corte Constitucional al Palacio
Nacional de Guatemala, donde la artista lleva un recipiente con sangre con la
cual va untando sus pies y dejando huellas con sangre durante el recorrido a
modo de protesta y en memoria de las víctimas del conflicto armado de Guatemala
y en rechazo a la candidatura presidencial del genocida Efraín Ríos Montt[8]
Este
trabajo sumamente político y cargado de signos, `por lo que podemos comenzar a
raíz de esta construcción semiótica que propone la artista en este tránsito de
huellas de sangre que depone de su cuerpo entre estos lugares, a partir de lo
postulado por Johann Jacob Engel, Fischer Lichte plantea: “un nuevo cuerpo-signo sensible y perceptible en el que desapareciera o
se extinguiera todo lo que no sirviera para transmitir estos significados”[9]
en este sentido podemos afirmar que el cuerpo de la performera es este
cuerpo-signo, en el cual ella vacía de todo lo que no transmitiera lo que ella
deseaba transmitir. Comenzando por la neutralidad de su ropa, una solera negra
que carga el signo del luto, una fuente con sangre que significa la sangre
derramada y su cuerpo en un estado de vacío, un estado ritual con el que
implanta firmemente un discurso mediante su acción. “los significados se consideran entidades mentales
<<espirituales>>, que solo pueden manifestarse por medio de la
intervención de los signos adecuados” (E. Fisher Lichte, 2011.) es muy
importante reconocer como en este trabajo destaca el cuerpo como un cuerpo
semiótico[10]
podemos observar como aparece el concepto de cuerpo, mente conciencia del cual
E. Fischer Lichte nos propone como inseparable.
Hablando
sobre la presencia Fischer Lichte dice:
“en el proceso de corporalización hay algo mucho más importante, el hecho de
que generan energía, es decir, engendran el propio cuerpo como energético” lo cual podemos ver reflejado en este
trabajo, el cuerpo energético que genera José Galindo mueve una presencia que
incluso al analizar el registro puede observarse mediante a la gente que quien
la percibe y en la actitud desafiante cuando termina la performance y deja
frente los militares la fuente de sangre que portaba. “Bohme
define las atmosferas como <<esferas de presencia>>. Por otro lado,
no las localiza ni en las cosas que parecen irradiarla, ni en los sujetos que
las experimentan físicamente, sino entre ellos y en ambos al mismo tiempo”[11]
en el momento en que abandona la fuente con sangre se radicaliza atmosfera
que se había producido en el camino, en el transito, que se lograba percibir
entre en cuerpo de la perfomer, sus huellas y el espacio que transitaba una
atmosfera mas de luto, de cortejo fúnebre, diferente a lo que se logra divisar
en el momento que llega a palacio, si o si aparece algo más combativo, algo más
de denuncia, que incluso pareciera quedar en el momento en que la artista se va
y por unos instantes el registro queda filmando a los militares y la fuente,
incluso me dan ganas de haber visto mas, de haber visto quien fue la persona
que la retiro de ahí, pero eso queda en este caso para las personas que
pudieron ver la acción en vivo.
En
este trabajo son muy importantes la corporalización, la presencia, la atmosfera
pero también la carga ritual de la acción que ella realiza, pareciera
ser
que esta performance pudiera ser estudiada desde las fases de los ritos que
propone Lichte; fase de la separación:
aquí la artista se aparta de su vida cotidiana y se distancia del entorno
social, y es donde en el proceso de corporalización hacia su cuerpo de todo lo
que no sirviera para transmitir el significado, luego tiene este tránsito entre
la Corte Constitucional al Palacio Nacional lo que podría considerarse como la fase
del umbral es donde ella entra en un estado ritual, un estado de
transformación donde experimenta todo lo que le va sucediendo en este tránsito
que coincidentemente es un tránsito físico y a la vez emocional, para finalmente
pasar a la fase de incorporación
donde se reintegra a la sociedad con un nuevo estatus, en este caso podría ser
de una persona “x” a una artista que
denuncia la violencia de su país. Me es necesario tomar estos conceptos porque
siento que lo que ella hace realmente es una acción ritual, donde a través de
la sangre, de la huella que genera una presencia/ausencia
busca conmemorar, denunciar, incluso quizás sanar ese dolor que le provoca la
situación de su país.
Bibliografía
E. Fischer- Lichte, (2011) Estética de lo perfomativo,
ABADA Ediciones, Madrid
Le Breton D. (2002),
Antropología del Cuerpo y Modernidad, Ediciones Nueva Visión Buenos Aires.
[1] https://lafura.com/noticias/la-fura-dels-baus-reinventa-el-teatro-digital-interpretando-macbeth-por-videoconferencia/
extraído el 10/7/2020
[2] David
Le Bretón, Nuevas tecnologías: nuevas ideas acerca de nuestro cuerpo
[3] Para hablar acerca del
fin de una era e inicio de otra que está marcando a las sociedades mundiales en
la actualidad.
[4] E.
Fischer- Lichte, (2011) Estética de lo perfomativo, ABADA Ediciones, Madrid
[5] E.
Fischer- Lichte, (2011) Estética de lo perfomativo, ABADA Ediciones, Madrid
[6]Dicha en vivo
pero transmitida por una aparato, aunque en tiempo real.
[7] http://www.reginajosegalindo.com/
extraído el 13/07/20120
[8] http://www.reginajosegalindo.com/quien-puede-borrar-las-huellas/
extraído el 13/07/2020
[9] E. Fischer- Lichte,
(2011) Estética de lo perfomativo, ABADA Ediciones, Madrid
[10]E. Fischer- Lichte, (2011) Estética de lo
perfomativo, ABADA Ediciones, Madrid
[11] E. Fischer- Lichte,
(2011) Estética de lo perfomativo, ABADA Ediciones, Madrid
Comentarios
Publicar un comentario